- Catalina Rey Martinez
- 20 ago 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 4 días

¿Te ha pasado que dices “sí” cuando por dentro todo tu cuerpo grita “no”? Aprender a decir “no” puede ser incómodo al principio, sobre todo si creciste creyendo que complacer a los demás es sinónimo de ser buena persona. Pero poner límites con respeto también es una forma de cuidar el vínculo... y de cuidarte a ti.
En este artículo quiero acompañarte a explorar qué es la asertividad, por qué nos cuesta tanto practicarla, y cómo puedes comenzar a decir “no” con seguridad, sin herir ni herirte en el intento.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad es una habilidad que nos permite expresar lo que sentimos, pensamos o necesitamos, de manera clara y amable, sin pasarnos por encima ni tampoco hacerlo con agresividad. Es encontrar ese punto medio entre callar por miedo y explotar por cansancio.
Ser asertiva no es egoísta. Es una forma de honrarte a ti misma, de hablar desde el respeto y de cultivar relaciones más sanas y conscientes.
¿Por qué nos cuesta tanto decir “no”?
A muchas mujeres nos enseñaron a complacer, a poner a los demás primero y a evitar conflictos. Decir “no” se sentía como una falta de amor o de compromiso. Pero con el tiempo, aceptar cosas que no queremos puede pasarnos factura emocional.
Decir “no” desde la asertividad no significa rechazar al otro, sino reconocer tus propios límites. Es una forma de autocuidado.
5 claves para aprender a decir “no” sin culpa
1. Escucha tus necesidades primero
Antes de responder, haz una pausa y pregúntate: ¿realmente quiero o puedo hacer esto? Darte permiso para escucharte es el primer paso para poder poner límites sin dudar.
2. Habla desde ti
Utiliza frases en primera persona como: “Hoy necesito descansar” o “No me siento cómoda con esto”. Así evitas culpar o atacar, y te haces cargo de lo que tú necesitas.
3. Sé clara y firme (sin ser dura)
No necesitas justificar tu decisión con largas explicaciones. A veces un “Gracias por pensar en mí, pero esta vez no puedo” es más que suficiente. La firmeza también puede ir de la mano con la amabilidad.
4. Ofrece alternativas si lo sientes
No siempre es necesario, pero si lo deseas, puedes proponer otra forma de ayudar o colaborar: “No puedo esta semana, ¿te parece si lo vemos la próxima?”. Esto muestra tu disposición sin renunciar a tus límites.
5. Practica con pequeñas cosas
Aprender a decir “no” es un músculo. Puedes empezar con situaciones cotidianas que no impliquen mucho riesgo emocional, como rechazar una invitación o un favor pequeño. Poco a poco irás ganando seguridad para decirlo también en contextos más desafiantes.
¿Qué pasa cuando empiezas a decir “no”?
Cuando aprendes a decir “no” con respeto, algo empieza a cambiar: te sientes más libre, más honesta contigo y con los demás. Comienzas a sentir que te cuidas, que te eliges, y eso se refleja en tu energía, en tu ánimo, en tus vínculos.
Decir “no” también es una forma de decir “sí” a ti misma.
Decir "no" no es rechazar, es proteger tu energía
Ser asertiva no significa que vas a dejar de ser empática o amorosa. Significa que vas a poder estar para las demás sin abandonarte a ti. Significa que tus "sí" serán más sinceros, y tus relaciones, más auténticas.
🌿 Si sientes que esto te resuena, y quieres acompañamiento para aprender a poner límites con amor, estoy aquí para ti. 💬 Agenda una consulta de cortesía o únete a mi próxima masterclass de niña interior, donde profundizamos en cómo sanar estas creencias que nos impiden escucharnos y priorizarnos.